Francisco Azconegui se formó en la Escuela Técnica de la Construcción de Lausanne (Suiza). En la década de los 80, el Ministerio de Trabajo inicia los proyectos de Escuelas Taller y cuentan con él para la dirección de la Escuela Taller Casco Histórico de León en 1987, que más tarde pasaría a titularidad municipal bajo el nombre de Centro de los Oficios de León. Como director de ambas entidades, se hizo cargo del Plan de Recuperación Ambiental del Casco Antiguo de León, a través del cual el Ayuntamiento facilitó a los propietarios de los inmuebles las licencias, andamiajes, materiales y operarios para restaurar las fachadas, tejados y canalones de más de cien casas situadas en la ciudad antigua.
En 1991, la Escuela Taller inicia sus trabajos en la Catedral Santa María de León, centrando su atención en la limpieza de las cubiertas, canalones de desagüe, arbotantes y gárgolas. La necesidad de contar con un equipo de trabajo permanente, lleva a la Escuela a organizar junto con el Ayuntamiento y un grupo de intelectuales leoneses la campaña Salvemos la Catedral. Dicha Campaña recaudó en el periodo de 1992 a 1997 la suma de 197 millones de pesetas, lo que permitió que un grupo de plomeros, vidrieros y canteros trabajaran de forma continuada. La Campaña se mantuvo hasta el año 2.000.
Otras intervenciones memorables durante la fase de Escuela y Centro son: Real Colegiata de San Isidoro, Murallas Medievales, Corral de Villapérez, Monasterio de Gradefes, Edificio Abelló, Catedral de Palencia, Edificio Sierra Pambley, restauración rejas de Gaudí en Botines, Universidad Alcalá de Henares, iglesias de Eladio Dieste en Madrid.
En el 2004 emprende un nuevo proyecto como empresa de restauración, rehabilitación y decoración Azconegui S.L., interviniendo en obras como el Chateau D´Escabes en Tolusse, o el Hotel Particulier en Fontainebleau, además de seguir con su actividad docente a través de numerosas conferencias y cursos en España y Sudamérica.
En 2009 es nombrado coordinador de la Escuela Taller Casco Histórico de Vitoria-Gasteiz. El proyecto se centró en la recuperación social y física de una zona del casco antiguo a través de la formación de jóvenes en oficios de carpintería y rehabilitación de fachadas sobre trabajo real. Durante dos años estos alumnos llevaron a cabo la recuperación de cuatro fachadas.
Su labor docente ha traspasado las aulas gracias a las letras, con publicaciones como “Guía Práctica de la Cantería”, “Guía Práctica de la Forja” y “Guía Práctica de la Cal y el Estuco”.
Otros méritos reseñables son: Ponente en el Senado Español sobre el Control de Calidad del Programa de Escuelas Taller; Medalla al Mérito de Trabajo en 1992; 1er Premio Concurso Navarro de Diseño de Artesanía en 1990; seleccionado en el X Concurso Nacional de Diseño de Valencia 1992; seleccionado Premio Europeo de la Conservación de la Naturaleza y el Patrimonio Histórico Artístico 1992.
Homo Faber es su último proyecto, un centro destinado a la transmisión de conocimientos de los profesionales que Francisco ha conocido a lo largo de su trayectoria, pero también de producción, de mobiliario, de rehabilitación y de creación de bellos objetos.